Cala Balmins - Sitges - Barcelona

Con la vuelta del verano, ha regresado la polémica sobre el sexo en las playas de Sitges (ver la Vanguardia, 14/07/07). Ya en el 2005 saltó la noticia de que se practicaba la prostitución en Cala Balmins, una de mis playas favoritas.

Todo esto de la prostitución en la Cala Balmins es un cuento chino. Se lo han inventado cuatro vecinos que han usurpado la Asociación de Vecinos de Aiguadolç en su propio provecho, cuando realmente no representan a los vecinos ni mucho menos. Son gente con una ideología muy carca. Van contra los nudistas y los gays, aunque a veces no lo quieran reconocer explícitamente.

Han conseguido que el ayuntamiento haga concesiones a sus peticiones: quitar una ducha que funcionaba perfectamente porque uno de esos vecinos se sentía molesto al ver a gente desnuda duchándose; poner unos focos espantosos que iluminan la playa toda la noche;... Lo último: no contentos con quitar la ducha, ahora
han puesto un cartel que prohibe ducharse desnudo en la nueva ducha (a pie de arena, escondida de las miradas del vecino molesto).

Y van a por más ya que estos que hablan en nombre de la AAVV d'Aiguadolç y que sarcásticamente dicen defender la conservación de la playa Balmins tienen un objetivo bien marcado: Su deseo es hechar a los nudistas y a los gays de la playa.

Cala Balmins es una playa de larga tradición nudista, donde conviven pacíficamente familias enteras que practican el nudismo o no. Y cuando digo familias, me refiero tanto a las clásicas (papá, mamá, niños), como a parejas gays (que también pueden llevar niños), como gente que va sola a la playa. Van a tomar el sol, bañarse, leer un libro, ... Cada uno va como va y no se preocupa de que el de al lado se ponga o se quite el bañador.

Cala Balmins es un lugar de ocio, de disfrute de la vida, de encuentro con los amigos, de buen rollo que espero que un puñado de malas personas con actitudes gangsteriles no logre estropear.

Por el momento lo que si han conseguido estropear esta gente es el medio. Esta playa era un símbolo de la preservación ecológica de un paraje costero natural, en estado casi salvaje, dentro de un entorno urbano. Y ahora se está convirtiendo en otra playa urbana más, cada vez con más cemento, acero y plástico.

Es sorprendente y triste que esto pase cuando el Ayuntamiento está gobernado por gente que se dice de izquierdas y ecologista.
Fuente: Texto: La Vida Naturista - Fotos: Todo Arenas